Si no me tocaron boletos, pues no me tocaron y ya.
Pero en lugar de eso, me llegó un mail con disculpas adjuntas.
Estuve pensando que la gente que sí ganó los boletos pasó a la historia por haber ido al evento del siglo, pero los que no, también lo hicimos porque la cantidad de personas que entraron al sorteo y que no se llevaron nada, no puede compararse con la cifra de afortunados.
Pff.
Todavía no puedo creer que un ser humano tan bien intencionado, talentoso y único haya partido antes de tiempo.
Yo nunca he sido muy positiva que digamos, pero en algún punto de mi vida no tuve la capacidad de darme cuenta de lo culera que está la situación mundial y pensé que todo aquello sí tenía solución; ahora, pensando que no hay remedio alguno, pero me gustaría que lo hubiera, en serio y sé que no soy la única. Hay tantas cosas que nos detienen y que evitan que logremos un cambio.
No quiero sonar como cliché de concurso de belleza, pero la paz mundial -imposible y lo que sea-, es algo que me gustaría ver antes de morir.
Si ya no nos tocó a nosotros, mínimo que les toque a nuestro legado y que sea algo sincero, de corazón, que no sea forzado.
Es un sueño que desde hace mucho valió madre, pero sería bueno que la situación mejorara aunque sea un poco.
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