sábado, noviembre 20

El sonido de la agonía

Hoy en la mañana fui al viejo departamento de mi novio para ayudarle a sacar la basura y algunas otras cosas que necesitaba llevar al nuevo depa.
Él y su roomie tuvieron que dejar dicho inmueble por un rato en lo que encontraban otro gracias a una fuga de gas sin arreglar. Esto ocasionó que mucha comida se quedara en el refri y ésta se echó a perder.
En fin, no podía soportar el olor, así que salí al balcón.

Escuché un sonido horrible. Algo así como una mezcla entre un rechinido, un aullido y un quejido, pero muy agudo y fuerte.

Ya que puse mayor atención, me di cuenta de que era un perrito la fuente de tal sonido.
Corrí a asomarme y seguí escuchando al perro y después a algunas vecinas que gritaban horrorizadas.
Un carro me tapaba, pero justo cuando me moví alcancé a ver que el perrito luchaba por seguir adelante, arrastrándo sus patas traseras que parecían haber sido dislocadas y separadas de su cuerpecito.

Me sentí tan mal porque no pude hacer nada. En realidad sí pude haber hecho algo por el perrito. Llevarlo a alguna clínica para que lo durmieran y terminara de sufrir de tan insoportable manera.
No tengo dinero, así que no lo hice. Después de unos minutos, ya no fue necesario.
El animalito dejó de quejarse y los vecinos regresaron a sus casas, como si ya se hubiera acabado el show. Pinche gente.
Related Posts Widget for Blogs by LinkWithin