viernes, julio 13
Roaming in the dark
No puedo catalogarme como una persona feliz, a pesar de los elementos dichosos que son parte de mi vida, algo me falta.
El primer paso para encaminarme en la carretera hacia la felicidad, fue dejar mi trabajo.
Odiaba ser pisoteada, menospreciada y sobre todo que mi inteligencia fuera subvalorada. Entender y saber perfectamente lo que están haciendo contigo pero al mismo tiempo no hacer nada por cambiar las cosas porque tienes miedo al conflicto.
Espero algún día sentirme contenta en mi lugar de trabajo y sobre todo, encontrar ese lugar con prontitud.
Cambiando de tema, aunque han pasado muchísimas cosas desde la última vez que escribí aquí, quiero hablar sobre una de mis vivencias más recientes.
Mi esposo y yo fuimos a campar con amigos dos fines de semana seguidos. Primero a un bosque en California y luego a una playa de Ensenada.
Siempre me han gustado los campamentos; lo que no me gusta es no tener un baño. Es todo xD
En Mt. Laguna, caminamos entre matas y piedras; comimos salchichas asadas (veganas para mí); hablamos sobre experiencias paranormales y pasamos la noche más fría que jamás he pasado durante un campamento.
En Ensenada sufrimos un poco por el sol penetrante, pero las cervezas que bebimos hicieron la experiencia más llevadera. Ahí también comí hamburguesas y hot dogs, prometiéndome no volver a comprar los panes que llevé. Integrales y tiesos.
Aún con calor horrible, frío inesperado y bichos voladores, no cambio por nada el olor de las fogatas, la comida, las caminatas, las ardillas, la arena entre mis dedos y los cangrejos.
También vi por primera vez a los pájaros carpinteros, sus picos resonando en mi cabeza, no tan parecidos al pájaro loco si me preguntan.
Otro paso para la carretera hacia la felicidad.
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